No vengo a contarte una historia de éxito. Vengo a recordarte que la soberanía es posible, incluso desde la oscuridad.

También caminé roto. También olvidé quién era.


No siempre fui quien ves hoy. Crecí sin padres, y muy chico presencié cómo le quitaban la vida a quien era mi madrina y mi refugio emocional.
Esa herida, sumada a la partida de mi abuelo en la adolescencia, quien me crió, me fragmentó. Durante años viví desde la armadura: depresiones, crisis, rupturas, distanciado de mis hijos.
Era experto en sobrevivir, pero ajeno al arte de vivir.

El regreso no fue hacia un lugar. Fue hacia mí.
Mi transformación no fue un evento. Fue una decisión: hacerme cargo.

Dejé una vida "segura" en Europa y me sumergí en un viaje de sanación radical. Estudié con mentores como Tony Robbins, exploré terapias modernas y ancestrales, y me nutrí de sabiduría viva en distintas culturas.

Lo más revelador fueron mis experiencias con lo no visible, con lo eterno. Entendí que somos seres multidimensionales y que el poder no se conquista: se desbloquea. A través de prácticas como Breathwork, trabajo de sombra y el estudio de las energías, liberé traumas, desprogramé creencias… y empecé a recordarme.

Mi herida me mostró el mapa.

Mi camino es sostenerte mientras dibujas el tuyo.


Hoy vivo en paz y armonía, conectado al plano terrenal y al espiritual.
He transformado mi cuerpo, mis relaciones y, sobre todo, mi estado interno. Y ahora, mi misión es darte el mapa y las herramientas que a mí me hubiera gustado tener.

La vida me revolcó, sí. Pero también me abrió las puertas de lo invisible.
Desde niño viví experiencias que rompieron el velo: momentos donde percibí que este mundo era solo una parte de algo mucho más vasto.
Sentí el Espíritu entrando en mi cuerpo, el Amor expandiéndose desde mi centro, y comprendí que lo visible no es todo lo que existe.
No lo supe por leerlo. Lo viví.

Y desde entonces supe que estaba aquí para guiar a otros.
No desde el dogma, ni desde un pedestal.
Sino desde la experiencia encarnada y el compromiso real de acompañarte a recordar tu Verdad más profunda.

Todo lo que ofrezco en mi coaching es la síntesis de lo que funcionó en mí.
No te hablo desde teorías: te hablo desde el fango, desde el camino recorrido, desde haberme reconstruido paso a paso.

No estoy aquí para imponerte un camino. Estoy aquí para escucharte, iluminar tus bloqueos y ayudarte a recordar tu poder.

Este camino no es sobre mí. Es sobre ti.
Y si sientes que este es tu momento, no estás solo/a.
Estoy aquí —no para mostrarte mi camino, sino para caminar a tu lado mientras iluminas el tuyo.

Mi compromiso personal es sostener un canal limpio y alineado para cada sesión.
Esto implica cuidar mi cuerpo, mi energía y mi mente, no solo por respeto al trabajo que hago, sino por respeto a cada Alma que acompaño.
El canal que uno ofrece es tan claro como el estado interno desde el que se sostiene.